martes, 14 de noviembre de 2017

Un FARCsante en campaña (Es oficial!!!!)

Rodrigo Londoño (Timochenko, para sus camaradas) es flamante candidato a la presidencia. Y como era de esperarse, ha generado todo tipo de reacciones, desde la indignación de los ultraderechistas que aun sueñan con ver como un comando armado hasta los dientes le vuela la sesera a él y a sus ex compinches de las FARC, hasta otras mas resignadas, en las que se sabía de antemano que este era el sapo que había que tragarse con las negociaciones de paz.  Para mí, este señor no tiene nada que endividarle a sus contrincantes, y puede considerarse parte de la misma ralea que pretende gobernarnos. Un hamponcito mas en ese ramillete de candidatos para mayordomo de esta gran finca que se llama Colombia.  Dudo mucho que llegue a llevarse la presidencia, como tememos muchos. Pero la verdad, si llega a subirse y  dejar en peores condiciones la gran hacienda donde habitamos (si es que cabe la posibilidad), sería merecido; sería el fruto de varias décadas de esos gobiernos mal habidos que nos hemos dado el lujo de tener por años. Esos clancitos familiares que permitieron que la educación (la buena educación) se volviera lujo de unos pocos, situación que a la larga va a sacar factura si es que el honorable señor Londoño llega a la Casa de Nariño (a la que seguramente le cambiará el apellido a Bolivar o a Marulanda). Es que no cabe en la cabeza de nadie, que este personaje que sacaba pecho por sus masacres, que se lucró del negocio del narco y que patrocinó las pescas milagrosas por allá a finales de los noventa pueda llevar las riendas de este país; aún mas inverosímil resultaría que esto sucediera viendo el ejemplo de nuestros vecinos venezolanos (ejemplo mentadísimo por el NO). Pero en el pais de Gabo todo puede pasar.

Por otro lado, resultaría irónico que los grandes beneficios que dejó uno de los máximos representantes de la ultraderecha en el poder, su revolucionario sistema de salud, sus grandes politicas agropecuarias, y sus grandes  inversiones en educación (nada que ver con esos recortes en pos de la seguridad democratica, que muchos mamertos reclaman) puedan convertirse en uno de los catalizadores de una eventual subida de la izquierda a nuestro país. Pero veremos, ojalá eso se quede en conjeturas y en un miedo que no se materializará (a no ser que llegue un Pennywise criollo y lo haga realidad)

Y dónde esta el miedo que muchos tienen  que este señor sume a nuestro país al imperio Castrochavista? Seguramente está en que toda esa gente sin acceso a la educación, sin salud, sin servicios públicos lo vean como su robin hood y se convierta en nuestra version de Chavez (bueno, en realidad,  Chavez destapó su carrera criminal una vez instalado en la comodidad del palacio de miraflores, a diferencia de don Rodrigo que ya tiene su prontuario antes de lanzarse como candidato). La verdad no creo que veamos a un Timochenko presidente… nuestro sistema electoral engranado con lechona, aguardiente y tamales esta diseñado para que  sigan votando por los mismos de siempre garantizando que nuestra prospera nación siga creciendo como lo ha hecho durante estos últimos años de gobierno de los Lleras, Samperes, Valencias, Lopez, y por supuesto, los Santodomingos, Sarmientos y Ardilas Lulles (por citar algunos ejemplos), el verdadero poder detrás del poder. Así que por lo menos, por los próximos cuatro años, no creo que debamos preocuparnos por perder los beneficios que nuestros gobiernos tan diestros nos han permitido disfrutar por años.  (imagínense, qué boleta hacer fila en un Hospital como hacen en Venezuela, acá no pasa!)

A decir verdad, no creo que cambie mucho la situación si se sube Timo y nos convertimos al Castrochavismo. Actualmente los niños se mueren de hambre en la Guajira, como en Venezuela. Hay asesinatos todos los días… como en Venezuela. Hay corrupción desmedida…. Como en Venezuela. Hay un alto índice de desempleo… como en Venezuela. Las minas y los hidrocarburos no se los robarían empresas extranjeras, sino eminentes ladrones locales. Incluso si nos volvieramos Venezuela, la ventaja sería que la gasolina se bajaría de precio, haciendo que el ministro de minas de turno tenga que invertir menos tiempo en crear fábulas inverosímiles y fórmulas matemáticas imposibles para justificar que el preciado combustible sube de precio mientras el Petroleo vale nada. Seguramente no tendríamos que mamarnos  programas como Protagonistas de Novela o Muy buenos días, que seguramente serían cambiados por programas de humor del tipo Aló presidente.  En fin… tal vez la cosa no cambie mucho y seguramente habría igualdad, haciendo que los citadinos vivamos lo que mucha gente del campo o de lugares olvidados de nuestros gobernantes (mientras no haya elección) viven a diario.

Con todo y eso, prefiero ver a este híbrido de Pablo Escobar y Lenin en mangas de camisa haciendo el show que hacen sus compañeritos de contienda que planeando más masacres o secuestros desde el monte, o bueno, desde el hotel cinco estrellas que vivía mientras mandaba  la guerra vestidos de camuflado y de botas de caucho a los mismos campesinos que el estado vestía de soldado.


… Estas cosas solo pasan en Macondo…