No
podia dejar pasar otro acontecimiento que refuerza el realismo mágico de nuestras macondianas instituciones para volver a
torturarlos con mis escritos. Finalmente, y contra todo pronóstico (así como la
eliminación del Barcelona y del Ajax de la Champions League) el fiscal
renunció. Indignadísimo porque la JEP le
pasó por encima, el buen hijo del maestro Salustiano decidió renunciar
vaticinando una pronta destrucción de las instituciones gracias al ya
cuestionado organismo de justicia transicional. No fueron las marchas, no fue
el hecho que tenga conocidos conflictos de intereses por haber defendido a
grandes poderes económicos (Caso Mattos, Odebrecht, Sarmiento-Angulo) para luego tener que
investigarlos, ni su descarada persecución contra sus detractores, o sus
teorías extrañas para explicar crímenes inconvenientes para los intereses de
algunos. No, fue la no extradición de un líder exguerrillero la que le cayó como anillo al dedo para
llenarse de indignación (cosa que no sucedió en los ya mencionados casos) e
irse del ente acusador. Qué conveniente, salir como un héroe impoluto, seguramente a
seguir con su carrera triunfante hacia la Casa de Nariño después de que nos
hiciera quedar en ridículo frente a los otros países de la región que sí fueron
capaces de perseguir a los untados por la mafia Odebrechiana.
Por otro
lado esta Santrich, ese maléfico personaje que se burlaba de sus víctimas
cuando se le preguntaba si estaba preparado para pedir perdón con su
"quizás, quizás, quizás". Este man representa uno de los sapos feos
que nos tuvimos que comer para firmar los acuerdos (de los que quienes lo
apoyamos estábamos conscientes). Si le tendieron una trampa o si en realidad
seguía delinquiendo, no lo sabremos, conociendo cómo funcionan las entidades
estatales. Si lo hizo, cosa que podría ser probable pero igual sospechosa
conociendo como salieron las pruebas de la fiscalía de nuestro guasonesco
Fiscal, que le caiga la justicia con toda y que cumpla. No creo que suceda.
En todo
caso, y siendo maliciosos, esta parece una situación gana-gana, de esas que
dividen la opinión pública, pero que resultan convenientes para los
involucrados. Por un lado el invidente ex - líder guerrillero evitó irse
extraditado a Estados Unidos(en donde probablemente hubiera podido dar
información de rutas, sapear y lograr el sueño americano como otros
narcotraficantes), y por el otro nuestro polémico ex - fiscal se posicionó como
un adalid de la dignidad y la justicia, alistándose para las presidenciales de
2022 como siempre ha sido su sueño. Una situación que seguramente no se le
hubiera podido ocurrir a David Benioff o D. B. Weiss viendo lo ocurrido con la
última temporada de GOT.
Por fin
se cayó el fiscal, dirían unos. Tendremos justicia con los casos en los que él
se hizo el loco, o se encargó de dilatar o de enterrar, dirían otros… Error!!!
Recuerden que el Presidente escoge la terna. Y acuérdense que el presidente no
es el que hace cabecitas en el Bernabeu o toca guitarra con Maluma, sino el de
los Crocs, el Twitter humeante de odio y reconocido fan de la guerra, como lo
aceptó recientemente. Así que vendrá otro defensor de los intereses de los
más poderosos y nos quedaremos sin saber porqué las denuncias del Contralor de
la Ruta del Sol se quedaron en nada, en cómo Mattos arreglaba jueces para salir
de sus líos judiciales, cómo se llenó la botella de agua de cianuro en el caso
Pizano y tantas otras preguntas que nos quedaron abiertas con la salida de
nuestro "Impoluto, digno y probo" exfiscal. No se les haga raro que
Abelardo de la Espriella termine en el la oficina principal del bunker de la
fiscalía, en donde podremos degustar diariamente sus exquisitos trajes color
pastel, sus sombreros, y su voz digna de participación en la sección de
bloopers de los concursos de talentos tan de moda por estos días.
PD. La
amenaza de Montealegre a los Uribistas suena tan mal como la salida de
Martinez. Si sabía que Uribe es responsable de las mentadas masacres paras, por
qué no hizo lo que tenía que hacer cuando estuvo en la fiscalía?? Mas circo
para el pueblo, eso sí de mejor calidad que la temporada final de Game of Thrones.