Todavía
no se quita el mal sabor de boca del atentado de hace ocho días. Y no solo por
la muerte de más de 20 personas en un acto horrible "a las espaldas"
de los líderes del ELN (como para ponerse a tono con la expresión favorita de
los dirigentes de mi país), sino por todo lo que este lamentable hecho desató.
La camioneta todavía echaba humo y se empezaban a contar los muertos cuando el
jefe de nuestro aprendiz en la presidencia ya aprovechaba el momento para
culpar al proceso de paz con las FARC (la far, para que me entiendan sus
seguidores). Otros sospechaban que aquella bomba fue un autoatentado para
desviar la atención de lo de Odebretch (no lo fue, pero sí que desvió la
atención, gracias Elenos). Y por supuesto, la marcha para rechazar el
terrorismo (sí, otra más) pero esta vez con un tinte inverosímil de
intolerancia y violencia en su interior. Es que sí, en mi país se hacen marchas
por la paz donde la gente elige no marchar con miembros de este u otro
movimiento, o en las que se gritan arengas para que vuelva la guerra y no se
negocie, o que simplemente amenazan con "pelar" (sea lo que sea que
signifique, a mí me suena a vocablo sacado del léxico de Popeye) a los
asistentes que no cuentan con el código de vestir apropiado para la ocasión.
Al ex
abogado (?) de Aval le vino bien el evento; sin que suene a teoría
conspiratoria, posó para la foto horas después del atentado con resultados en
tiempo exprés acerca del autor del atentado, el origen del carro, y los
posibles responsables del crimen. Un funcionario ejemplar al que las extrañas
circunstancias no le han permitido terminar con éxito su investigación del
escándalo de corrupción más sonado de latinoamérica en varios años (así suene
redundante en nuestro país, campeón en este tipo de eventos). También quienes querían ver las negociaciones
rotas estarán complacidos de saber que su sueño se cumplió, y que como diría el
personaje aquel del sombrero aguadeño de la marcha, "Plomo es lo que
viene, plomo es lo que hay, no hay negociación". Obviamente, el descaro de
los Elenos es fuera de toda dimensión, al calificar este como un acto de guerra
cuando a quienes mataron eran
estudiantes y aspirantes a servir en la Policía, en una situación lejos
de combate, y fueron quienes en definitiva, desataron la ruptura de las
negociaciones.
Y
mientras todo esto pasaba… y mientras todos estábamos ocupados viendo por
enésima vez como nuestros vecinos tratan de sacar de Miraflores al señor
Maduro, reencarnación falta de neuronas de Chávez ahora con poderes para viajar
en el tiempo, siguen saliendo testimonios en el caso Odebretch, El fiscal sigue
sin responder porqué manda pruebas incompletas a la comisión de acusaciones (o
de absoluciones en la práctica), no se sabe qué mató a Pizano, y quién mató a
su hijo o porqué se puso de moda el cianuro a finales del año pasado. Tampoco
se sabe qué pasó con el puente de Chirajara, ni quien está matando a los
líderes sociales.
La cereza
en el pastel ocurrió hoy con el escándalo de Bieri y de Hollman Morris. El
saliente gerente-censor aún tiene mucho que aprenderle a sus mentores acerca de
cómo mentir y salir airoso, y se convierte así en la primera baja por
escándalos del gobierno del Pasante Duque (esperemos muchas más si sigue el
ejemplo de su jefe). Si no han hecho el ejercicio, háganlo, escuchen las
grabaciones en las que negaba la censura a Santiago Rivas por salir criticando
la ley TIC y luego escuchen la de la famosa reunión en la que el insiste fue
chuzado y no quería decir lo que dijo porque estaba enojadito, es para morir de
risa, de indignación y de miedo de cómo un mentiroso compulsivo puede llegar
alto por sus buenos contactos; es que si eso ocurre en un asunto de menor
importancia, como sacar de la parrilla un programa en una represalia infantil
contra alguien que no piensa como su patrón, como serán otras instancias del
gobierno donde se cocinan asuntos más trascendentales (léase impuestos,
regulaciones, investigaciones, etc). Y lo de Hollman Morris es la tapa, qué
coincidencia que justo en época de elecciones salgan a decir que es un
drogadicto, borracho y que esté demandado por violencia intrafamiliar; no lo
defiendo, pero no deja de ser curioso que esto pase en épocas electorales.
PD. A ver
quien queda como técnico de la selección, esperemos que no venga la temporada
de vacas flacas con Queiroz, quien no fue capaz de ganar nada con el Madrid de
los galácticos. Amanecerá y veremos…
PD2. Para Facebook, los atentados terroristas en Colombia (igual que en Palestina, Siria, y demás) no son merecedores de la famosa banderita en la foto de perfil. Cuestion de estratos en redes sociales, supongo...
Saludos
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