El
próximo domingo terminará el
circo electoral del que fuimos asistentes por mas de 6 meses. Ya extrañaremos
con nostalgia los consejos de cuidado capilar que nos dejó Ivan Duque, los
cuentos de hadas futuristas de Gustavo Petro, las cantinfleadas llenas de
sinceridad de Sergio Fajardo, la lealtad
ciega (o tuerta?) de Viviane Morales, la terapia contra la ira de German Vargas
Lleras, y el olor a quemado de Humberto de La Calle. Echaremos de menos los
miles de noticias falsas promovidas por JJ y sus duplicados de izquierda de
color naranja, las peleas cazadas en las
redes sociales entre nuestros contactos defendiendo acérrimamente a su
candidato (al que muy seguramente castigarán con sus reproches o su silencio
lleno de remordimiento en menos de 4 años); como olvidar encender el televisor
y ver al moderador de turno hacer las mismas preguntas a los candidatos, que ya
se ríen con cierta compinchería al saber que viene el ataque de su colega.
Será dificil volver
a reirnos con Ricardo Quevedo, Jeringa, Suso o Jerry Seinfeld despues de
escuchar los apuntes llenos de humor de nuestros candidatos como: el "Me
hago moler por la honorabilidad de Uribe" de Ivan Duque, o el "hacer
que el taxi sea eléctrico y el taxista tenga paneles solares, lograr
entonces que parte del pasaje sea para salud y pensión" de Petro, o tal
vez la rutina cómica de Fajardo defendiendo el paro de maestros sin saber
porque paraban, el agraciado baile de la hija de Vargas Lleras (nuestro Franky
Four fingers colombiano) o la mejor de todas, la adhesión de Viviane a la
campaña del CD, con todo y la pataleta de Andrés Arias, quien quedó
regodeandose en su miseria al ver como pesa mas el voto cristiano voltearepas que el de los
presos políticos con aire a villano de Austin Powers del que él es firme
representante.
Ya podremos almorzar en paz con nuestros amigos
y familiares, hablando de cosas trascendentales como por ejemplo la boda real y
las fotos en topless de la conyuge del principe Harry, de lo traumática que resultó la muerte de
Spiderman a manos de Thanos (Delayed spoilers alert, ya tuvieron casi un mes
para verla), y de cómo el Real
Madrid le ganó la champions al Liverpool con una expulsión injusta a Mohamed
Salah y gracias a un Penalty inexistente
pitado en el último minuto y convertido
por Cristiano.
Felizmente todo
volverá a la normalidad. Ya nos enteraremos del escándalo de corrupción del
momento, que seguramente llevará involucrado un monto similar a los que se
mueven en las transferencias de futbolistas en Europa, o a los utilizados en la
Boda del príncipe Harry o del principe Jerry (Uribe, que debió rondar las mismas
cifras). Seguramente habrá indignación por la tragedia ambiental del momento
(después de Lizama, fue Hidroituango y luego…). La comunidad intelectual
Millenial y Uribista continuará celebrando los desparpajados y jocosos tweets
de Popeye (si es que no se van a combatir junto a el en caso de que quede Petro
o Fajardo). Los paisas seguirán
disfrutando el aire puro que la desarrollada y pujante capital de antioquia les
ofrece, los bogotanos de la seguridad y los tiempos record de desplazamiento únicos de nuestra amada ciudad, y los costeños de las playas llenas de plástico de
nuestras hermosas costas colombianas.
Eso sí endremos que
aguantarnos algunos días la pataleta de los candidatos perdedores de turno,
publicando listas de votaciones y videos en donde se demuestra que perdieron
gracias a que el ganador hizo la trampa de mejor forma que ellos; nos llenarán
los ojos con la biografía del ganador (que en el caso de Duque se limitará al
día que sacó la balota ganadora en la rifa de la candidatura a la presidencia
en las instalaciones del centro democrático) y veremos una nueva posesión presidencial, volviendo a nuestro particular cuatrenio de la marmota, en el que pasa el tiempo pero nada cambia . Bueno, eso si no hay segunda
vuelta, en cuyo caso tendremos oportunidad de asistir a otra dosis de realismo
mágico que solo la época de elecciones nos puede traer.
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